Lo que para muchos fue un “incidente”, en realidad no paso de un justo reclamo de parte del intendente municipal José Carlos Acevedo, quien nuevamente, no fue tenido en cuenta para hacer uso de palabra, esta vez durante la ceremonia de entrega de siete nuevas patrulleras con destino a la jefatura departamental de la Policía Nacional.
Miedo ante posible
comentario “impudente”
La “censura” a Acevedo se debería a los frecuentes cuestionamientos y denuncias públicas sobre el accionar y proceder de miembros de la institución policial cuando se meten en cosas que no deben, efectuados tanto por el intendente municipal como por su hermano, el senador Roberto Ramón, a quienes, suele sumarse su hombre de confianza, Ramón Cantaluppi.
En más de una oportunidad, las objeciones de los Acevedo se dirigieron al propio ministro del Interior, por su considerada tibia forma de encarar la prevención y combate a la escalada de violencia promovida en nuestra zona por grupos criminales organizados dedicados trafico ilegal de drogas, armas y vehículos entre otros “rubros” con sus “derivados” como los mediáticos secuestros o exterminios selectivos por encargo, según aseveran los organismos oficiales afectados a la represión de tales delitos.
“Si este hablaba seguro que iba a decir que ojala mañana o pasado las patrulleras sean vistas los fines de semana frente a las residencias de los narcos” ironizó un allegado a la institución policial, como justificando el motivo por el que Acevedo no fue tenido en cuenta como orador por eventuales comentarios al respecto del uso de dichas unidades.
Otros coincidieron en que el “vacío” no fue contra José Carlos Acevedo, sino contra la propia comunidad que lo eligió para que la represente, nos guste o no a nosotros o al propio ministro.
En síntesis lo ocurrido fue que Acevedo, no por cuestiones políticas o personales, sino por su envestidura de máxima autoridad del municipio, se sintió molesto por no ser invitado para hacer uso de palabra, seguramente por recelo a que efectuara algún cuestionamiento o comentario “imprudente”.
Ligó el titulo
de “Maleducado”
El primer estirón de orejas fue para el funcionario del ministerio del Interior encargado de la organización de la ceremonia, quien regresó a la capital del país con el título honorífico de “maleducado” que le otorgó sin mucho protocolo el intendente municipal José Carlos Acevedo.
Después le toco el turno al propio Rafael Filizzola, quien con aire de resignación tuvo que escuchar los reclamos del intendente: “ Para mí es una falta de respeto, porque fui elegido por el pueblo con más de 16 mil votos y no a dedo” le largo José Carlos Acevedo a Filizzola, dándole a entender que ostenta un mandato ciudadano y que no fue elegido “a dedo” como el, luego de lo cual se retiró del lugar del acto.
Posteriormente y buscando poner paños fríos sobre la cuestión, el ministro Filizzola justificó el hecho de no haber permitido la palabra a ninguna autoridad local, entre ellas el intendente, a que estaba apurado porque todavía tenía que participar del cierre de los trabajos de inscripción de ciudadanos brasileños encarados por la regional de Migraciones y desarrollar una apretada agenda en el Alto Paraguay, a lo que sumó la anunciada inestabilidad del tiempo, aunque tuvo la prudencia de reconocer que el intendente Acevedo estaba con la razón y solicitar las debidas disculpas.
Siete nuevas patrulleras

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