Una hipótesis que de confirmarse podría llevar al esclarecimiento de este hecho, guarda relación con el interés que tenía el ahora fallecido en hablar con Ramón Cantaluppi para contarle que se sentía aparentemente acorralado y amenazado por su primo, el prófugo Diego Sartorio, ( foto ) presunto autor de los disparos contra el entonces funcionario municipal, así como su actual paradero.
Esto se desprende de una conversación que la víctima fatal tuvo no hace mucho con un conocido periodista cerca de la terminal de ómnibus.
Palabras más, palabras menos, Antonio le habría preguntado a nuestro colega acerca de la dirección exacta de Cantaluppi, argumentando que tenía interés en contarle la situación que estaba pasando precisamente por causa de su primo, quien aparentemente lo venía amenazando por razones económicas, dando a entender además que sabía bien adonde aquel estaba oculto y que pretendía “entregarle” facilitándole a Cantaluppi las coordenadas para su detención, porque si iba con esa historia a la policía enseguida le avisarían a su primo.
Sin embargo el encuentro no se concretó por la excusa puesta por el comunicador social para no acompañarle, ya que no sabía si las reales intenciones de Antonio eran esas o intentar “culminar el trabajo” que a medias hizo su primo: acabar con la vida del polémico Cantaluppi.
Esto de alguna forma “filtró” y llegó a oídos de Diego Sartorio, quien, siempre en el terreno de las hipótesis, habría esperado el momento oportuno, que se dio el pasado martes, para efectuar a balazo limpio, la correspondiente “quema” de archivo, presumiénndose que él mismo haya sido el autor de los disparos que acabaron con la vida de su primo.
Si bien la versión de la viuda habla de que su concubino salió para comprar cerveza, se comenta con insistencia que Antonio, como muchas otras víctimas de casos anteriores, recibió una llamada telefónica y al acudir al encuentro lo liquidaron, situación que la mujer no habría contado por miedo de su “cuñado”.
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