
El senador nacional Robert Acevedo no descarta que vuelvan a buscarle para asesinarle. En esta segunda y última parte de la entrevista concedida a Hugo Ruíz Olazar del matutino capitalino abc Color, Acevedo admite que la frontera seca será un polvorín, un escenario de terror como el norte de México, si Paraguay y Brasil no se ponen de acuerdo para enfrentar con seriedad la lucha contra el narcotráfico.
–¿Era el hijo de Cabeza Branca?
–Así mismo. Pero yo no le culpo al sacerdote.
–En enero de 2008 usted hace esa denuncia a la fiscalía. Hay una lista: Tulú, Jorge Rafaá, procesado por evasión...
–Así mismo...
–Ramona Quevedo, su prima.
–No. Ella se casó con un tío mío, creo que están separados. Después fue concubina del famoso Khalil Kiwan, expulsado del Paraguay (al Líbano) hace dos años y que compró a la gente de Migraciones. Tenía que ir por Buenos Aires para cumplir condena en Líbano, pero lo llevaron a São Paulo. Armó un escándalo en el aeropuerto gritando que era brasileño y se quedó. Ramona Quevedo se concubinó con él. Por eso tengo diferencias con ella.
–¿Es dueña de un shopping?
–De unas tiendas en el centro, Shopping Roma...
–Usted acusó a otros más. Nilton César Antunes Verón...
–Ese está recluido en
–¿Es del PCC también?
–También
–Y ¿Ananías Duarte, un dirigente colorado?
–No tengo en mente. Hay varios otros. Está “Gringo” González.
–¿No es José González?
–Este se llama Clemencio
–¿No son parientes?
–No. No son.
–¿Está libre Gringo González?
–En su estancia se encontraron esos 500 kilos en enero. Es muy violento. Muchos asesinatos tiene en sus espaldas. Es un tipo sanguinario, frío, calculador.
–¿Está buscado?
–No sé. En estos días fue allanada su casa en Pedro Juan. El hijo fue baleado cuando se incautaron 500 kilos de cocaína en Lorito Picada, en enero. El hijo está detenido.
–¿Es cierto que Khalil Kiwan es dueño de un periódico?
–Me contaron que Kiwan anda de nuevo por Ponta Porã. No puede entrar en Paraguay. Pero logró recuperar su libertad y pudo haber sido uno de los que ordenó el atentado. El también fue presidente de
–El asesinato de Morel en una camioneta de
–Eso fue en marzo
–¿Es de los Morel de Capitán Bado?
–No. Esos ya murieron todos.
–¿No quedó nadie?
–Los mataron a todos.
–Los cambios, las rotaciones en la policía, los militares, ¿no les frena?
–No les afecta para nada.
–¿Cuánto podrían estar cobrando las cabezas de la policía o del destacamento de la zona?
–Ayer yo recibí una lista. Lo que generó este atentado del que fui víctima fue eso por lo menos. La gente está colaborando. La lista habla desde mil a 5 mil dólares por mes, dependiendo de qué grado jerárquico tiene.
–Usted denunció que hay jueces venales...
–Sí, por presión de la prensa, del fiscal Arnaldo Giuzzio se expulsó a la jueza Stella Maris Galeano, al juez Carlos Saldívar. Son los que liberaron a (Ireneo) Pingo Soligo, a pesar de haber sido encontrado con 200 kilos de cocaína en Bado. Fue liberado sin más trámite. Se habló de 300 mil dólares para los jueces.
–¿Los jueces, los uniformados no necesitan estar tanto tiempo para volverse ricos?
–El premio grande para un juez, un fiscal, es venir a Pedro Juan Caballero...
–Usted decía que los mafiosos se mimetizan como dirigentes deportivos, en la beneficencia...
–José González por ejemplo fue representante del Paraguay en
–¿De qué club?
–Del San Alfonso de Pedro Juan. Era muy humilde. Su padre era un carpintero honesto. La forma en que vive hoy no vive cualquiera en el Paraguay.
–A Ud. también lo vinculan con ellos. ¿Por qué?
–Mi padre adquirió un surtidor de combustibles en el año 95, cuatro años después del asesinato de Santiago (Leguizamón). Los (de la familia de Fahd) Yamil se corrieron.
–El crimen de Santiago fue obra de ellos?
–Es de la familia de ellos.
–¿Como este Georges?
–Exactamente. Pagó 100 mil dólares y el juez Albino Aquino Amarilla, que murió hace tres años de ataque cardíaco, lo desvinculó.
–¿La gasolinera era de los Yamil?
–Ellos tenían varios bienes: estancias, el hotel casino Amambay. Tenían esos 2 surtidores. Ellos pusieron en venta. Mi padre compró a través de terceros. Era un surtidor en quiebra. Era buen precio y mi padre compró. Ellos mismos hacen correr esa mentira de que éramos socios. Hicimos crecer la empresa y de dos, pasamos a tener hoy ocho. En base a eso se hizo toda una campaña en mi contra promocionada por los propios narcos. Lo que hicieron ellos fue lanzar unos documentos en el patio de un periodista de ABC y el periodista publicó.
–¿Cándido Figueredo?
–Sí. No le culpo al periodista. No tengo nada contra él. Al contrario, lo admiro mucho. Fue amigo de mi padre, que ya falleció. Me conoce muy bien. El también tenía una lucha en el ámbito del periodismo peligroso –hay que reconocer– porque también tiene muchas amenazas...
–Ud. citó el nombre de un periodista, Egidio Pedra. Este fue el que anunció que lo iban a asesinar...
–Sí. El que vino a decirme, le escuchó decir a Egidio Pedra en una conversación. Me dijeron que él ya había anticipado el atentado contra Ramón Cantaluppi en diciembre.
–Es el director de tránsito de
–El es también mi colaborador. El no murió felizmente, pero quedó mutilado en una pierna. Fue un milagro.
–¿Por qué querían matarlo?
–Cantaluppi es como mi mano derecha. Ellos creían que él era el que me informaba. Es un muchacho idealista, muy inteligente. Pienso que tenían planeado comenzar por Cantaluppi y terminar conmigo, o conseguir que me calle.
–¿A qué se dedica Pedra?
–Egidio toma mucho, habla cuando toma y dice cosas que no debe. Le perjudicó a su patrón en este caso.
–¿Para quién trabaja?
–Trabaja para Jornal da Praza de Ponta Porã...
–¿Ese es el periódico de Tulú?
–No figura a su nombre, pero se sabe de quién es
–¿Entonces, es de él?
–Sí
–¿Qué espera del encuentro Lugo-Lula?
–Es histórica esta reunión. Llamativamente se va a producir una semana después del atentado contra mi vida, una cruda realidad de la frontera seca.
–Lula dijo estar enterado...
–Sí. Le escuché. Dijo que este tema será uno de los puntos a tratar con Lugo. Si ellos no se ponen de acuerdo, este intento de asesinato puede ser el inicio de una época de terror no solamente para el Paraguay, sino también para el Brasil.
–El presidente de México, Felipe Calderón, dijo que Estados Unidos no puede desentenderse de la matanza en la frontera. ¿Eso nos pasa con Brasil?
–Sí. Realmente es así. Nunca me olvido del juez brasileño Odilón Oliveira, un hombre implacable con el narcotráfico. Fue el que tuvo el coraje de condenar a 14 años de cárcel a Fahd Yamil, el hombre con el que los mismos narcos me vinculan para desprestigiarme. Odilón es un caso excepcional, porque muchas de las personas que son detenidas con pruebas vuelven a ser liberadas pronto en el Brasil. También hay mucha corrupción del otro lado.
–¿Son corruptos los policías brasileños?
–Sin duda: en la policía civil, en la policía militar. No es patrimonio exclusivo del Paraguay. Eso hace que tenga razón lo que usted dijo, que Brasil también tiene que poner su parte para combatir este mal.
–¿Qué secuela le deja el atentado: impotencia rabia, miedo?
–Claro que da miedo. Mi familia está conmocionada. No es un juego de niños. Estamos hablando de un poder de facto que tiene poder bélico, económico, que ya no respeta ni a las autoridades del Estado. Yo necesito protección del Gobierno para continuar vivo, yo y mi familia.
–Algunos dicen que el EPP no puede estar lejos de esto, porque se lo vincula a las FARC y a las FARC se las relaciona con los narcos.
–Hasta el momento no veo ninguna ligazón con los cocaineros de acá. Con los marihuaneros de San Pedro puede ser. A los cocaineros no les importa. ¿Por qué piensa que los del EPP no incursionan en Amambay?
–¿Por qué?
–No van a durar tres días. Van a terminar fusilados...
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