En gran medida Fernando Lugo llegó al gobierno gracias a su discurso político que criticaba a los gobiernos colorados conocidos por su alto grado de corrupción, impunidad y despilfarro del dinero público.
Una gran parte de la ciudadanía paraguaya se sintió identificada con esa propuesta proselitista y creyó, seguramente, que en ese momento, el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio iba a ser capaz de operar las transformaciones que necesita la nación para salir del atraso y la miseria.
Lugo fue el candidato que representaba la posibilidad de cambio ya que no procedía de un partido político, dado que estos entes realmente están muy desprestigiados en el país.
Sin embargo, a casi dos años de su asunción al poder, Lugo y su gente, apuntalado por un sector del liberalismo radical auténtico, está demostrado que su forma de actuar no difiere mucho y en muchos casos aventaja a los tan criticados colorados y de los otros sectores partidarios que tanto daño ya le han causado al país.

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